A finales de los años cincuenta se produjo el primer éxito en la aplicación de la ecología industrial y territorial (EIT): en Kalundborg, Dinamarca, varias grandes empresas, todas grandes consumidoras de recursos, y el municipio se acordaron para unir y reciclar sus recursos para llegar a una simbiosis industrial. Intercambio de flujos, reducción y tratamiento eficiente y económico de todo tipo de residuos: este sitio pionero se ha consolidado como un verdadero ejemplo, ahorrando hasta 3 millones de litros de agua, 20.000 toneladas de aceite y 200.000 toneladas de yeso al año.
El mayor desafío de nuestro siglo es el cambio climático, y las empresas se han dado cuenta que pueden actuar. Aunque sus necesidades de digitalización son cada vez más críticas, disponen de todos los medios para apoyar su crecimiento con buenas prácticas con el fin de producir de manera más ética y limitar su impacto ambiental. Entonces, la ecología industrial se perfila como una solución viable, ya que se centra en la reducción del consumo de recursos naturales, el ahorro de energía y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Para quién es la ecología industrial?
En resumen, la ecología industrial y territorial (EIT) tiene como objetivo involucrar a todos los actores de terreno para orientarse hacia la transición ecológica. Se caracteriza por la puesta en común de recursos con el fin de ahorrarlos y transformarlos. Se encuentra en diferentes niveles de la industria: compartir equipos, materiales, servicios, infraestructura…
Grupos de empresas, sectores, regiones o incluso sistemas industriales enteros pueden estudiar el tema y realizar esta transición, independientemente de sus motivos: empresas buscando mejores resultados económicos y medioambientales, actores públicos encargados del desarrollo territorial, sociedad civil… Todos encontrarán lo que necesitan.
Para entender cómo les ayudará la ecología industrial, las empresas pueden hacer un balance de sus prácticas y pensar en cómo mejorarlas. Ahora entienden que los enfoques tradicionales de las industrias ya no son suficientes o compatibles con la evolución del mundo y el cambio climático que nos amenaza.
Por lo tanto, las empresas tienen motivaciones diversas, generalmente financieras, ya que la gestión de residuos puede representar una carga financiera sin precedentes para ellas. Al promover una operación de ciclo casi cerrado, anclada en una lógica de economía circular, la ElT ofrece una solución a este problema. En primer lugar, la EIT supone que se reciclan y se comparten los recursos para llegar a un verdadero reparto: para ello, los actores deben ser complementarios y diversos, ya que los residuos de uno sirven de recurso para otro. En segundo lugar, las empresas deben estar ubicadas en el mismo territorio para minimizar los costes de transporte de estos intercambios, y bien comunicar para establecer un clima de confianza.
Un ámbito de aplicación bien definido
La ecología industrial es un movimiento general, un verdadero punto de encuentro entre diferentes enfoques, que se basa en el deseo de explotar las fuentes de materias primas de forma sostenible, abordar una forma de economía circular y tratar los residuos de forma eficiente.
Fuentes de materias primas
El primer objetivo de la ecología industrial es minimizar las emisiones y la dispersión de productos peligrosos para el medio ambiente mientras se completa el ciclo de vida de los materiales utilizados. La otra idea fundamental en términos de explotación de los recursos naturales es que la cantidad de materias primas explotadas debe ser equivalente a su disponibilidad para limitar, en la medida de lo posible, el impacto medioambiental. En este sentido, hace falta definir con precisión la necesidad para evitar que se explote los depósitos sin tener en cuenta su capacidad de renovación.
De forma más general, las empresas que adoptan esta lógica deben recordar que tienen que desempeñar un papel importante en la restauración de los sitios después de su operación. Es por este motivo que pueden obtener materias primas recicladas, para una misma cantidad tienen un impacto ambiental mucho menor que el uso de materiales vírgenes.
Formar parte de una lógica de economía circular
Otra vez, la ecología industrial va de la mano con la economía circular, y propone cambiar completamente de perspectiva en relación con la economía lineal. El desafío es simple: limitar el desperdicio de recursos utilizados, reducir drásticamente su impacto ambiental y ahorrar productos en la medida de lo posible. Por supuesto, este enfoque requiere un sistema de reciclaje sistemático que elimina todas las formas de residuos.
Forma parte de un plan de acción integral que incluye los siguientes conceptos:
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Suministro sostenible: conseguir una explotación y extracción eficientes así que minimizar los residuos.
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Diseño sostenible: desde el diseño de un proceso, servicio o bien hace falta tomar cuenta del ciclo de vida completo limitando los impactos ambientales.
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La economía de la funcionalidad: un tipo de organización entre empresas que intercambian flujos o comparten necesidades.
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Consumo responsable: se considera que el uso es prioritario con respecto a la posesión y que es preferible vender servicios relacionados con los productos más que los productos en sí.
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Extensión de la duración del uso: con esta lógica, se prefiere reparar, vender, dar o comprar de segunda mano en lugar de tirar.
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Reciclaje.
Gestión eficiente de los residuos
Uno de los aspectos más importantes de este enfoque es, por supuesto, la gestión de los residuos y, más concretamente, la optimización de su tratamiento. El objetivo es recuperar los residuos de un sector, ya que se pueden utilizar como recurso en este sector o en otro.
El deseo de formar parte de un ciclo continuo tiene varias ventajas notables:
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Reducción de costes: disminuir la cantidad de materiales y envases supone un ahorro, lo que proporciona un mejor control de los costes.
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Reducción del impacto ambiental: para comprometerse con este enfoque, esta noción debe estar al corazón de las preocupaciones, ya que la reducción del consumo ayuda a limitar su impacto en el medio ambiente.
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Cumplimiento de las normas: hace falta conocer la norma vigente en materia de gestión de residuos, ya que todas las empresas tienen una parte de responsabilidad. Tienen que diseñar productos que generan menos residuos y optar por métodos de producción, tratamiento y distribución más ecológicos.
Para ir más lejos, las empresas pueden incluso ir hacia un enfoque de basura cero, con el fin de completar los ciclos materiales, desmaterializar los productos y las actividades económicas, etc. Por último, una empresa comprometida con la reducción de sus residuos y la optimización de su tratamiento mejora su imagen frente a sus clientes, socios y empleados.
¿Cómo conseguir estos cambios?
La realización de estos cambios no puede funcionar sin el pleno compromiso de toda la estructura. Es importante que cada eslabón de la cadena participe en este enfoque de la ecología industrial para su éxito.
Involucrar a los equipos
Informar, movilizar y concienciar a todo el personal asegura que los equipos estén plenamente comprometidos con el proyecto. Cada comercio puede y debe participar en este cambio, puesto que cada uno tiene la posibilidad de actuar a su nivel.
Queda claro que la ecología industrial aparece como un proyecto muy bonito, pero utópico. Sin embargo, se basa en observaciones irrefutables: los recursos naturales no son ilimitados, la eliminación de residuos es costosa y el enfoque lineal de los modelos económicos es muy cuestionable frente al cambio climático.
Hace falta recordar que el éxito de este tipo de estrategia depende del compromiso de los equipos: por lo tanto, es esencial empezar por sensibilizarlos y, sobre todo, por observar sus procesos, ya que es lo que se puede mejorar. Es necesario realizar un diagnóstico preguntando a los equipos de terreno, porque son los más capaces de hablar de sus procesos de trabajo y, por lo tanto, de ayudar a identificar soluciones. Por ejemplo, los técnicos de producción pueden identificar las pérdidas potenciales de energía y su origen para prevenir y mejorarlas.
Al final, cuanto más concertados e involucrados estén los equipos, más relevantes serán las soluciones propuestas y puestas en práctica. No cabe duda que estas mejoras y otros cambios deben acompañarse de un apoyo permanente por parte de la dirección y de la jerarquía.
Adoptar las herramientas adecuadas
Finalmente, como último aspecto de la ecología industrial, las empresas deben desmaterializar sus productos y actividades económicas. Esto implica descarbonizar la energía, optimizar el envase y reducir el consumo de papel.
Algunas empresas han pasado por alto los programas de GMAO (gestión de mantenimiento asistido por ordenador), que son herramientas absolutamente esenciales para los equipos de mantenimiento industrial. De hecho, si una planta se enfrenta regularmente a averías, fugas y otros fallos que pueden amenazar la línea de producción, los costes de mantenimiento y sustitución de las piezas aumentan significativamente.
Si las máquinas no reciben un mantenimiento adecuado, el riesgo medioambiental y las repercusiones financieras aumentan (por ejemplo, debido a la frecuente sustitución de piezas de repuesto o equipamientos), lo que demuestra que los equipos necesitan una herramienta que les ayude a comunicar e intercambiar en tiempo real toda la información relativa a la actividad de su planta.
La GMAO de nueva generación Mobility Work, aplicación móvil disponible en modo SaaS, aparece entonces como una solución viable ya que permite a los equipos acceder a un historial de todas las actividades realizadas desde un PC o desde su móvil. Los técnicos pueden introducir sus actividades en la aplicación en unos segundos: cada intervención registrada y cada hora de mantenimiento invertida en un equipamiento alimentan la herramienta analítica incluida en la GMAO. La herramienta analítica indica qué equipamiento requirió más horas de intervención, qué tipos de acciones se realizaron principalmente (preventivo, mecánico, eléctrico…).
La GMAO Mobility Work dispone de una herramienta analítica que le ayudará a analizar todos sus datos de mantenimiento y adaptar su estrategia.
En paralelo, los equipos pueden instalar sensores directamente en las máquinas para supervisar su estado directamente en la aplicación. Los técnicos reciben alertas por ejemplo si un motor sobrecalienta, si el nivel de aceite es demasiado bajo o si se detectan vibraciones sospechosas en el equipo.
Para ir más lejos en el proceso: el Lean Manufacturing
Si la implementación de un GMAO permite a los equipos de mantenimiento industrial adoptar un comportamiento más ecológico, gracias, en particular, a la reducción del uso de papel, los cambios también son visibles a mayor escala.
Muchas empresas están tomando conciencia del impacto ambiental de su producción, por lo que están recurriendo la producción ajustada o Lean manufacturing, que consiste en optimizar el mantenimiento industrial y los procesos de producción para evitar el desperdicio de los residuos industriales.
El Lean manufacturing puede referirse tanto a la sobreproducción como a movimientos o desechos inútiles, que se pueden evitar con una GMAO nueva generación, como Mobility Work. Este tipo de herramienta móvil permite a los equipos intercambiar información con la herramienta de discusión en línea, cargar fotos, vídeos y documentos técnicos directamente en las fichas de los equipos, registrar cada sustitución de piezas o reparación realizada en una máquina o incluso recoger todos los datos del parque de máquinas para supervisar todas las acciones de mantenimiento realizadas.
Además, la GMAO Mobility Work puede conectarse con cualquier sistema ERP, lo que permite a los responsables de mantenimiento ver las existencias de piezas de repuesto y, por lo tanto, sólo comprar más en el momento adecuado. Se evitan gastos innecesarios y se comunica mejor entre los equipos.
Una vez más, la herramienta analítica es de una gran utilidad, ya que le ayuda a implementar la estrategia de mantenimiento industrial adecuada: preventiva, predictiva… El cuadro de mando recopila todos los datos relativos a su equipo, para que pueda ver qué equipamiento tiene más probabilidades de fallar o necesita reparación, y que pueda anticipar los volúmenes de producción necesarios.
En conclusión, aunque la aplicación del concepto de ecología industrial pueda parecer, a primera vista, bastante complejo, se debe, al contrario, abordarlo gradualmente. Hace falta dividirlo en diferentes etapas para mejorar cada nivel de la cadena de producción. Una vez que domina el concepto, se puede ir hacia un enfoque aún más avanzado del diseño ecológico y de la economía de la funcionalidad para estar al origen de un desarrollo voluntario de los sectores locales.aire de filières locales.